CONOCIENDO LA DOCTRINA BÍBLICA
a) 2. En torno a la Biblia
EL CANON - SU FORMACIÓN Y COMPOSICIÓN
Vamos a estudiar ahora quienes son los libros inspirados por Dios y los que no lo son. Es importante que sepamos que junto con los libros inspirados por Dios, circulaban también los que no lo eran, los cuales son llamados apócrifos.
LIBROS APÓCRIFOS
La palabra apócrifo significa: Escondido, secreto, oscuro. Veamos a continuación: ¿cuáles son? ¿cómo son? Y ¿cómo se distinguen?
¿Cuáles son?
Del Antiguo Testamento:
1º Esdras. 2º Esdras. Tobías. Judit. Adiciones a Ester. Sabiduría. Eclesiástico (Jesús hijo de Siríaco). Baruc. El canto de los 3 niños. La historia de Susana. Bel y el Dragón. Oración de Manases. 1º Macabeos. 2º Macabeos.
Además de: El libro de Enoc. La asunción de Moisés. El testimonio de Abraham. El libro de los jubileos. Etc., etc.
Del Nuevo Testamento:
Hay Evangelios, epístolas y libros apocalípticos. Mencionamos a continuación algunos de ellos: Evangelios a los hebreos. Evangelio pseudo Mateo. Evangelio de Tomás... de Felipe... de Pedro... de Bartolomé. Evangelio a los egipcios. El Pastor Hermas. Didaché de los Doce. Policarpo a los Filipenses. Actas de Pilato, o Evangelio de Nicodemo. Venganza del Salvador. Carta del Domingo. Apocalipsis de Pedro. Etc, etc.
¿Cómo son?
Abundan en errores, inexactitudes. Muestran artificialidad. Enseñan doctrinas falsas. Carecen de elementos distintivos de la autoridad divina. Están llenos de fantasía. Llenos de cosas absurdas disparatadas, etc. Llenos de pretendidos milagros. Aunque en medio de ellos se encuentren algún dato fiable y enseñanzas provechosas, no obstante no son inspirados por Dios. Veamos algunos ejemplos:
TOBÍAS: Afirma que las limosnas hacen expiación por el pecado:
“Con esto atesoras un depósito para el día de la necesidad, pues la limosna libra de muerte, y preserva de caer en las tinieblas.” (Tobías 4: 9-10) “Pues la limosna libra de muerte y limpia de todo pecado...” (Tobías 12: 9)
Se aconseja prácticas de brujería:
“Siguieron los caminantes su viaje y llegaron al atardecer a las orillas del río Tigris, donde pasaron la noche. Bajó el muchacho a bañarse y salió del río un pez que quería devorarle. Pero el ángel le dijo: Cójelo. Cojiolo el joven y lo sacó a tierra. Díjole el ángel: Descuartiza el pez y separa el corazón, el hígado con su hiel, y ponlos aparte. Hizo el muchacho lo que el ángel le decía y asando el pez, comieron. Continuaron su camino y llegaron cerca de Ecbatana. Dijo el joven al ángel: “Hermano Azarías ¿para qué sirve el corazón y el hígado con la hiel del pez? Él le respondió: Sirven para que si un demonio o espíritu le atormenta a uno, quemándolos ante él, ya no vuelva a molestarle. Cuanto a la hiel sirve para ungir a quién tuviese cataratas, pues con ella quedará curado. (Tobías 6: 1-8).
JUDIT (Está lleno de errores geográficos e históricos).
Dice el comentario del libro en Nacar-Colunga (7ª edición) lo siguiente: ... En efecto la expedición aunque geográficamente nada clara... Los exegetas encuentran dificultades para encuadrar los episodios narrados en este libro en la historia general de los pueblos orientales, algunos los colocan en tiempos de Asurbanipal (668-626) no obstante en el libro se dice de la vuelta del cautiverio; otros en los de Darío I Histaspes (521-486); y otros en los de Artajerjes III (359-338) o en los de Antioco Epifanes (176-164). TAMPOCO ESTÁN DEL TODO CONFORMES, aún los católicos en determinar...
2º MACABEOS (Enseñando la falsa doctrina de los sufragios por los muertos).
“Al día siguiente, como era necesario, vinieron los de Judas para recoger los cadáveres de los caídos, y con sus parientes depositarlos en los sepulcros de familia. Entonces bajo las túnicas de los caídos encontraron objetos consagrados a los ídolos de Jamnia, de los prohibidos por la ley de los judíos; siendo a todos manifiesto que por aquellos habían caido. Todos bendijeron al Señor, Juez justo que descubre las cosas ocultas. Volvieron a la oración, rogando que el pecado cometido les fuese totalmente perdonado; y el noble Judas exhortó a la tropa a conservarse limpios de pecado, teniendo a la vista el suceso de los que habían caído, y mandó hacer una colecta en las filas, recogiendo hasta dos mil dracmas que envió a Jerusalén para hacer sacrificios por el pecado; obra digna y noble, inspirada en la esperanza de la resurrección, pues si no hubiera esperado que los muertos resucitarían, superfluo y vano era orar por ellos. Mas creía que a los muertos piadosamente les está reservada una magnifica recompensa. Obra santa y piadosa es orar por los muertos; por esto hizo que fuesen expiados los muertos, para que fuesen absueltos de sus pecados” (2º Macabeos 12: 39-46).
Los mismos autores hablan sin autoridad:
“Tal fue la historia de Nicanor. Y como desde aquellos días la ciudad ha estado en posesión de los hebreos, daré fin aquí a mi narración. Si está bien y como conviene a la narración histórica, eso quisiera yo; pero si imperfecta y mediocre, perdóneseme. Como el beber vino puro o solo agua no es grato, mientras que el vino mezclado con agua es agradable y gustoso, así también la disposición del relato siempre uniforme no agrada a los oídos del lector. Y con esto damos fin a la obra”. (2º Macabeos 15: 38-40).
En cuanto a los apócrifos del Nuevo Testamento, (tales como el Evangelio pseudo Mateo, o el Evangelio de Tomás, etc.) encontramos disparates, cosas absurdas, fantasía, y muchos pretendidos milagros.
¿Cómo se distinguen?
Los libros inspirados contestan afirmativamente a las preguntas que ponemos a continuación para distinguirlos de los que no los son: ¿Es autoritativo? ¿Provino de la mano de Dios? ¿Vienen en este libro frases tales como: “Así dice el Señor”?
¿Es profético? ¿Fue escrito por un hombre de Dios?
¿Es auténtico? (Los padres de la iglesia eran partidarios de la política siguiente: “Si estás en duda deséchalo”. Esto realzó la validez de su discernimiento de los libros canónicos).
¿Es dinámico? ¿Tiene el poder de Dios que transforma las vidas?
¿Fue recibido, reunido, leído y usado? ¿Fue aceptado por el pueblo de Dios? (Si no tiene estas cosas, no será inspirado).
LIBROS CANÓNICOS
La palabra “canon” viene del griego y significa: “caña” (objeto utilizado para medir). Llegó a tener el significado de norma, y por ende, en el caso de la Biblia, lista de libros oficialmente aceptada. Así pues, un libro canónico, es un libro inspirado. El canon se compone de los libros que tenemos en la Biblia, los del Antiguo Testamento y los del Nuevo Testamento, los cuales han sido inspirados por Dios. En cuanto al Antiguo Testamento se compone del “canon hebreo”, que son los mismos que tenemos nosotros, aunque colocados en distinto orden.
CANON HEBREO
Estaban colocados en tres bloques: 1) La Ley (Torah). 2) Los Profetas (Nebhiim). 3) Los Escritos (Ketubim) que también era conocido como: Los Salmos, ya que este era el libro que encabezaba el bloque (Lucas 24:44)
1) La Ley (Torah): Génesis. Éxodo. Levítico. Números. Deuteronomio.
2) Los Profetas (Hebhiim): Josué. Jueces. Samuel I y II. Reyes I y II = Anteriores Isaías. Jeremías. Ezequiel. Oseas. Joel. Amós. Abdías. Jonás. Miqueas. Hahum. Habacuc. Sofonías. Egeo. Zacarías. Malaquías = Posteriores
3) Los Escritos (Ketubim): Salmos. Proverbios. Job = Poéticos Cantares. Rut. Lamentaciones. Ester. Eclesiastés = 5 rollos Daniel. Esgras-Nehemías. Crónicas I y II = Históricos
CANON DEL NUEVO TESTAMENTO
Mateo. Marcos. Lucas. Juan = Evangelios Hechos de los Apóstoles. Romanos. 1ª Corintios. 2ª Corintios. Gálatas. Efesios. Filipenses. Colosenses. 1ª Tesalonicenses. 2ª Tesalonicenses. 1ª Timoteo. 2ª Timoteo. Tito. Filemón = Epístolas de Pablo
Hebreos.
Santiago. 1ª Pedro. 2ª Pedro. 1ª Juan. 2ª Juan. 3ª Juan. Judas.
Apocalipsis.
En cuanto al Antiguo Testamento, los libros que figuran en la lista, han sido reconocidos por los judíos de todos los tiempos. No sucede así con los apócrifos que aunque fueron añadidos a la versión llamada Septuaginta, nunca han sido reconocidos como inspirados por los judíos. Tenemos un testimonio importante de ello en las palabras del historiador judío: Flavio Josefo, quién escribiendo en su libro “Contra Apión”, dice lo siguiente: “Como consecuencia natural, o más bien necesaria, porque entre nosotros no está permitido a todo el mundo escribir la historia, y nuestros escritos no presentan ninguna divergencia, sino que los profesores tan solo contaban con claridad los hechos lejanos y antiguos que habían aprendido por inspiración divina, y los hechos contemporáneos tal y como pasaban ante nuestros ojos, como consecuencia natural, digo, no existe entre nosotros un sinnúmero de libros en desacuerdo y en contradicción, sino solamente veintidós que contienen los anales de todos los tiempos y se granjean un justo crédito. Son estos, en primer lugar, los libros de Moisés, en número de cinco, que componen las leyes y la tradición desde la creación de los hombres hasta su propia muerte. Comprende un periodo de tres mil años poco más o menos. Desde la muerte de Moisés hasta Artajerjes, sucesor de Jerjes en el trono de Persia, los profetas que siguieron de Moisés contaron la historia de su tiempo en trece libros. Los cuatro últimos contienen himnos dirigidos a Dios y preceptos morales para los hombres. Desde Artajerjes hasta nuestros días todos los acontecimientos han sido contados, pero no se concede a estos escritos el mismo crédito que a los anteriores, porque los profetas no se han sucedido ya exactamente. Los hechos demuestran con que respeto nos acercamos nosotros a nuestros propios libros. Después de tantos siglos, nadie se ha permitido hacer adición a ellos, ningún cambio. Todos los judíos desde su nacimiento, piensan de modo natural que ahí está la voluntad divina, la respetan y, en caso de necesidad, mueren por ellos con alegría”. (Flavio Josefo – Conta Apión 8: 33-42)
Ni Josefo, ni Filón (filósofo de Alejandría) admiten los apócrifos, sino que lo excluyen. En el Talmud (tradiciones judías) no se halla vestigio de ellos. De varias listas del Antiguo Testamento hechas en los primeros siglos, se puede ver claramente que ni entonces, ni ahora formaron parte del canon hebreo. Ni Cristo, ni los Apóstoles los citaron, ni los padres de la iglesia tampoco, sino que su propio contenido los condena. Por si fuera poco, Dios ha confiado al pueblo de Israel la recepción, la conservación, y la transmisión de la Escrituras, labor que desarrolló con mucho cuidado. (Deuteronomio 11:18-20) (Romanos 9:4-5) (Romanos 6:1-2) Los reformadores los rechazaron. No fue sino hasta el año 1546 en una acción polémica, en el concilio de Trento, que los libros apócrifos recibieron pleno reconocimiento canónico por la iglesia católica-romana. Recibieron el título de deuterocanónicos (después de los canónicos). En cuanto al Nuevo Testamento diremos que los escritos inspirados circulaban y eran usados por las iglesias, pero había un peligro, y es que también circulaban los otros. Marción, por ejemplo, compuso en Roma una lista de los libros del N. T. En el año 140. Este Marción era un hereje que hacía distinción entre el Dios-Creador inferior del A. T. Y el Dios-Padre revelado en Cristo; creía que la iglesia debía borrar con todo cuanto se refiriera al primero. Esta actitud le llevaba no solo a rechazar todo el A. T., sino también a todas las porciones del N. T. Que a Marción le parecían infectadas de judaísmo, de modo que su canon solo contiene un Evangelio, que resulta ser una edicción retocada del de Lucas, además de las epístolas paulinas, con la excepción de las tres llamadas pastorales. Con todo, la lista de Marción fue compuesta de 11 libros. Ante esta situación la iglesia debía definirse de forma clara, y así surgió el reconocimiento del canon. Anastasio de Alejandría (año 367) da la lista completa de los 27 libros, en una carta dirigida a las iglesias. Poco después Jerónimo y Agustín (dos escritores) definen el canon. El sínodo de Hipona (año 393) al confeccionar la lista, no les confirió a los libros ninguna autoridad que no poseyeran, sino que simplemente reconoció su canonicidad. La iglesia no creó el canon, sino que lo reconoció. Lo que da autoridad a los libros del Nuevo Testamento es la autoridad apostólica, concedida por el Señor: (Juan 14:26) (Juan 16:12-15).
CONCLUSIÓN FINAL:
Mientras que los apócrifos encierran toda clase de fantasías vanas, errores y discrepancias, los inspirados ofrecen: Seguridad. Veracidad. Armonía. Son como una máquina perfecta, donde cada pieza tiene una misión a realizar, contribuyendo a la presentación del plan de Dios para la humanidad. La Biblia tiene como tema principal, el Señor Jesucristo y su Obra; el Mesías prometido en el Antiguo Testamento (Génesis 3:15) (Isaías 9:1-7) (Miqueas 5:2). Siendo el Salvador maravilloso en el Nuevo Testamento (Gálatas 4:4) (1ª Juan 4:14). Su principal propósito es: Revelar a Dios al hombre. Revelarnos su plan de salvación. Y preparar al creyente.
COMO ANOTAR LAS CITAS BÍBLICAS
Es bueno acostumbrarse al sistema clásico. Nos será más fácil para nosotros, y lo haremos más fácil a los demás.
Los dos puntos (:) Separan capítulos de versículos. El guión (-) Une capítulos, o versículos. Debe leerse (al). La coma (,) Separa versículos. Debe leerse (y). El punto y coma (;) Separa diferentes citas del mismo libro. Debe leerse (y).
Ejemplos de las distintas posibilidades:
(Juan 3:16) = Juan, capítulo 3, versículo 16. (Juan 3:16-18) = Juan, capítulo 3, versículos 16 al 18. (Juan 3-5) = Juan, capítulos 3 al 5. (Juan 3:16, 18) = Juan, capítulo 3, versículos 16 y 18. (Juan 3:16-18, 36) = Juan, capítulo 3, versículos 16 al 18 y 36. (Juan 3:16, 18-20) = Juan, capítulo 3, versículo 16 y 18 al 20. (Juan 3:16-5:18) = Juan, capítulo 3, versículo 16 al capítulo 5, versículo 18. (Juan 3:16; 5:24) = Juan, capítulo 3, versículo 16 y capítulo 5: versículo 24.
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"Mirad cuál amor nos ha dado el Padre,
Para que seamos llamados hijos de Dios"
1a Juan 3:1.
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