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CONOCIENDO LA DOCTRINA BÍBLICA

 

a) El hombre, su origen y constitución

 

Dios ha trazado un plan, y lo está llevando a cabo a través de los tiempos. A nosotros nos toca entrar a formar parte de este plan y recibir las ricas bendiciones que conlleva.

En el libro que a continuación vamos a estudiar procuraremos condensar las enseñanzas y dejar en lo posible la paja, con el fin de evitar que sea muy extenso, ya que son muchos los temas a tratar. Así, pues, sin más preámbulos, vamos a ir al grano, y entramos en materia.

Para empezar diremos que el hombre no es fruto de la evolución, como se nos está enseñando a través de medios científicos. La evolución no es más que una teoría sin probar, inventada por el hombre, con el fin de ridiculizar a Dios, pero la Biblia enseña que el hombre ha sido creado por Dios:

 

“Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó”. (Génesis 1:26-27).

 

“Entonces Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente” (Génesis 2:7).

 

Y además distinto a los animales, ellos surgen de la tierra por el solo mandato de Dios:

 

“Dijo Dios: Produzcan las aguas seres vivientes, y aves que vuelen sobre la tierra, en la abierta expansión de los cielos. Y creó Dios los grandes monstruos marinos, y todo ser viviente que se mueve, que las aguas produjeron según su género, y toda ave alada según su especie. Y vio Dios que era bueno. Y Dios los bendijo, diciendo: Fructificad y multiplicaos, y llenad las aguas en los mares, y multiplíquense las aves en la tierra. Y fue la tarde y la mañana el día quinto. Luego dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias y serpientes y animales de la tierra según su especie. Y fue así. E hizo Dios animales de la tierra según su género, y ganado según su género, y todo animal que se arrastra sobre la tierra según su especie. Y vio Dios que era bueno” (Génesis 1:20-25).

 

El hombre fue hecho a la imagen de Dios, como hemos visto, y ha sido motivo de especial atención por parte suya, tanto en su creación como en su cuidado.

El ser humano es de composición tripartita, o sea:

Tiene espíritu, alma y cuerpo, como vemos en (1ª Tesalonicenses 5:23):

 

“Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo”.

 

Examinemos cada una de estas partes:

 

El espíritu.

Forma parte de la composición del ser humano, y tiene que ver con el aliento dado por Dios, como vimos en Génesis 2:7. Es la parte inmaterial del hombre que nos relaciona con Dios, y hace que pensemos en un Creador. (No sucede así con los animales que no lo entienden).

 

El alma.

Es la parte inmaterial que nos relaciona con nosotros mismos. Es nuestro YO (el ego). Es el asiento de los deseos, afectos, voluntad, emociones, sentimientos, etc.

 

El cuerpo.

Es la parte material, el tabernáculo, la tienda, o la habitación donde habitamos:

 

“Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos. Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial; pues así seremos hallados vestidos, y no desnudos. Porque asimismo los que estamos en este tabernáculo gemimos con angustia; porque no quisiéramos ser desnudados, sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida. Mas el que nos hizo para esto mismo es Dios, quien nos ha dado las arras del Espíritu.

Así que vivimos confiados siempre, y sabiendo que entre tanto que estamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor (porque por fe andamos, no por vista); pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor” (2ª Corintios 5:1-8).

 

Con el cuerpo hacemos nuestra peregrinación en este mundo, y además, con él, nos comunicamos, a través de los cinco sentidos, al mundo exterior, o sea, a los demás.

El ser humano está dotado también de unas capacidades: Tiene:

 

Intelecto. Capacidad de pensar, de razonar, etc.

Sentimientos. Se emociona, siente amor, odio, se enfada, se entristece, se goza, etc..

Voluntad. Capacidad de decidir, puede decir sí, o no; hago esto, o no lo hago.

 

Dios no creó al hombre como un robot, sino que lo ha dotado de libre albedrío, aunque esta libertad, mal usada le llevaría a la caída, al pecado.

Así que el hombre y la mujer vivían en comunión con Dios, le obedecían y eran plenamente felices, teniendo señorío sobre todo lo creado, pero apareció un personaje, Satanás, quién introdujo la desobediencia, el pecado, en el ser humano, y todo esto cambió.

 

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"Mirad cuál amor nos ha dado el Padre,

Para que seamos llamados hijos de Dios"

1a Juan 3:1.

 

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