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CONOCIENDO LA DOCTRINA BÍBLICA

 

FUTURO DEL CRISTIANO

 

b) La Segunda Venida de Cristo:

 

LA VENIDA EN GLORIA

 

Llega el momento de su Venida en gloria. Cristo Jesús descenderá del Cielo con su gloria y majestad, de manera literal y visible, con las nubes por carroza, depositando sus pies en el Monte de los Olivos.

 

(Mateo 24:29-30) “... Verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del Cielo...”.

(Hechos 1:11) “... vendrá como le habéis visto ir al Cielo...”.

(Zacarías 14:4) “... se afirmarán sus pies... sobre el Monte de los Olivos...”.

(Apocalipsis 1:7) “... He aquí que viene en las nubes, y todo ojo le verá...”.

 

No viene solo, sino acompañado con todos sus santos:

 

Los creyentes que estén o estemos con Cristo, vendrán o vendremos también con Él, y será, entre otras cosas, para reinar con Él.

 

(Zacarías 14:5) “... Vendrá Jehová mi Dios, y con Él todos los santos”.

(1ª Tesalonicenses 3:13) “... la Venida de nuestro Señor Jesucristo con todos los santos”.

(Colosenses 3:4) “... Cuando Cristo... se manifieste... seréis manifestados con Él en gloria”.

(Romanos 8:19) “... el anhelo de la creación es... aguardar la manifestación de los hijos de Dios”.

 

ISRAEL RECONOCE A SU MESÍAS

 

Reunirá al pueblo de Israel, el cual le reconocerá como el Mesías.

Israel está sufriendo una terrible batalla, en la que el Anticristo con las demás naciones pelean contra ellos.

Estando en gran angustia claman a Dios, y Dios los oye y viene el Mesías a salvarles.

 

(Marcos 13:24-27) “... Verán al Hijo del Hombre... y juntará a sus escogidos”.

(Hebreos 9:28) “... Aparecerá... para salvar a los que le esperan”.

                                               

El pueblo de Israel ha sido ya tan maltratado por el Anticristo, que está ya esperando que venga el Mesías a salvarles.

 

(Zacarías 12:10) “... mirarán a mí, a quien traspasaron...”.

    

Los judíos, cuando Cristo vino en su primera Venida, le despreciaron y le crucificaron, y un soldado traspasó su costado. Ahora reconocen su gran error y le aceptan como Mesías.

Verán también, cual Tomás, las señales de sus heridas en sus manos.

 

(Zacarías 13:6) “Y le preguntarán: ¿Qué heridas son estas en tus manos? Y Él les responderá: Con ellas fui herido en casa de mis amigos”.

(Romanos 11:25-27) “... todo Israel será salvo, como está escrito: Vendrá de Sión el Libertador...”.

 

Si hasta este momento solo un resto fiel de israelitas, o sea, unos 144.000 reconocieron a su Mesías, ahora es el pueblo en masa que ante la evidencia de su Venida, le reconoce, y son salvos.

A continuación tendrá lugar una gran batalla contra el Anticristo y las naciones que pelean contra Israel.

 

(Apocalipsis 19:11-21)

 

(v. 11) “... y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero…”.

(v. 13) “Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS”.

(v. 16) “Y en su vestidura... tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES”.

(v. 19) “Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para guerrear…”.

 

DESTRUCCIÓN DEL ANTICRISTO

 

El Anticristo es apresado, junto con el Falso Profeta y son lanzados al lago de fuego.

 

(2ª Tesalonicenses 2:8) “... el Señor lo destruirá con el resplandor de su Venida”.

(Isaías 11:4) “... matará al impío…”.

(Daniel 7:26) “... y le quitarán su dominio para que sea destruido y arruinado…”.

(Apocalipsis 19:15, 19-20) “...Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta... Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre”.

 

Israel había quedado casi destruido, pero Dios interviene y destruye a gran parte de sus enemigos.

Las aves podrán disfrutar de una gran cena. Podrán comer carne de reyes y capitanes, y saciarse de ellos.

 

(Apocalipsis 19:17-18, 21) “... un ángel... clamó a gran voz, diciendo a todas las aves que vuelan en medio del cielo: Venid, y congregaos a la gran cena de Dios, para que comáis carnes de reyes y de capitanes, y carnes de fuertes, carnes de caballos y de sus jinetes, y carnes de todos, libres y esclavos, pequeños y grandes.

… y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos”.

 

SATANÁS ATADO

 

Satanás es cogido, es apresado y es atado, con el fin de que no tenga acceso al hombre para tentarle, durante los mil años que van a iniciarse.

 

(Apocalipsis 20:1-3) “Vi un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano. Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años; y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años...”.

 

Ya tenemos a la Bestia y al Falso Profeta en el lago de fuego, y además a Satanás inactivo.

Ahora, Cristo se sentará en su trono, para entrar en juicio con las naciones.

 

JUICIO DE LAS NACIONES

 

Todas las naciones son reunidas delante del Señor Jesucristo y va a tener el juicio de las naciones, que no hay que confundirlo con el juicio del Gran Trono Blanco, conocido también como el juicio final.

En este juicio se trata de determinar las naciones que entraran con Cristo en el Milenio, y los que no, según la actitud que hayan tomado respecto a los judíos (los hermanos de Jesús). Según su actitud, aún como individuos, podrán estar en el reino, o serán lanzados al lago de fuego.

Los que estarán puestos a la derecha, o sea, las ovejas de la ilustración (Mateo 25:33-40), no quiere decir que van a ser salvos por toda la eternidad, ya que muchos de los que disfrutarán el Milenio, cuando sea suelto Satanás se manifestarán en contra del Señor.

 

(Joel 3:1-2, 9-16)

 

(v. 2) “Reuniré a todas las naciones, y las haré descender al valle de Josafat, y allí entraré en juicio con ellas a causa de mi pueblo, y de Israel mi heredad...”.

(v. 12) “… porque allí me sentaré para juzgar a todas las naciones de alrededor”.

 

(Mateo 25:31-46)

 

(v. 31 y 32) “Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos”.

(v. 34) “Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo”.

 

Dios había dicho a Abraham en (Génesis 12:3):

“Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré...”.

 

Como dice (Zacarías 2:8):

“Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos: Tras la gloria me enviará él a las naciones que os despojaron; porque el que os toca, toca a la niña de su ojo”.

 

Al igual que Rahab y su familia, por haber tratado bien a los espías de Israel, se les salvó la vida y pudieron habitar con los israelitas (Josué 2:1-24) y (Josué 6:20-25), así también se les permitirá a los gentiles que hayan tratado bien al pueblo de Israel, vivir en la tierra milenial.

 

RESURRECCIÓN DE LOS MÁRTIRES

 

A continuación tiene lugar la resurrección de los mártires de la Gran Tribulación. Aquellos que dieron sus vidas por causa de la Palabra de Dios, perseguidos por el Anticristo.

Ha llegado el momento. Su sangre ha sido vengada, y el número completado (Apocalipsis 6:9-11).

Con esta resurrección (la que llamábamos de los rebuscos) se completa la primera resurrección, la de los creyentes, la cual constaba de:

Cristo (las primicias).

La Iglesia (la cosecha) (en el Arrebatamiento).

Los mártires (los rebuscos).

 

(Apocalipsis 20:4) “… y vivieron y reinaron con Cristo…”.

 

Estos creyentes son mencionados especialmente tres veces en el libro de Apocalipsis:

 

1) En (Apocalipsis 6:9-11) Se ven sus almas, de los que iban muriendo.

 

2) En (Apocalipsis 7:9-17) Tenemos una visión de su liberación futura, cuando ya estarán con el Cordero en el Milenio, o incluso en la eternidad (v. 7-9, 14-17). Han salido de la Gran Tribulación... han lavado sus ropas... en la sangre del Cordero. (Antes habían pasado hambre, sed, dolor, sufrimiento, persecución terrible, pero una vez ya liberados): “Ya no tendrán hambre ni sed... el Cordero los pastoreará... y Dios enjugará toda lágrima de sus ojos”.

 

3) En (Apocalipsis 20:4) Cuando resucitan y se unen a la Iglesia y a Cristo.

 

A continuación llegaremos al establecimiento del Milenio.

Cristo iniciará en la tierra un reinado literal de mil años de duración.

Ahora Cristo reina en los corazones de los creyentes, pero entonces lo hará también literal y visiblemente, como Rey de reyes y Señor de señores, siendo la capital del reino, la ciudad de Jerusalén.

 

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"Mirad cuál amor nos ha dado el Padre,

Para que seamos llamados hijos de Dios"

1a Juan 3:1.

 

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