CONTENIDO DE LA 3ª LECCIÓN
LECTURA DEL EVANGELIO DE SAN JUAN 1:29-51
EL CORDERO DE DIOS
“29El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo:
He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. 30Este es aquel de quien yo dije: Después de mí viene un varón, el cual es antes de mí; porque era primero que yo. 31Y yo no le conocía; mas para que fuese manifestado a Israel, por esto vine yo bautizando con agua..
32También dio Juan testimonio, diciendo:
Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él. 33Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo. 34Y yo le vi, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios”.
LOS PRIMEROS DISCÍPULOS
“35El siguiente día otra vez estaba Juan, y dos de sus discípulos. 36Y mirando a Jesús que andaba por allí, dijo: He aquí el Cordero de Dios. 37Le oyeron hablar los dos discípulos, y siguieron a Jesús. 38Y volviéndose Jesús, y viendo que le seguían, les dijo: ¿Qué buscáis? Ellos le dijeron: Rabí (que traducido es, Maestro), ¿dónde moras? 39Les dijo: Venid y ved. Fueron, y vieron donde moraba, y se quedaron con él aquel día; porque era como la hora décima. 40Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que habían oído a Juan, y habían seguido a Jesús. 41Este halló primero a su hermano Simón, y le dijo: Hemos hallado al Mesías (que traducido es, el Cristo). 42Y le trajo a Jesús. Y mirándole Jesús, dijo: Tú eres Simón, hijo de Jonás; tú serás llamado Cefas (que quiere decir, Pedro)”.
JESÚS LLAMA A FELIPE Y A NATANAEL
“43El siguiente día quiso Jesús ir a Galilea, y halló a Felipe, y le dijo: Sígueme. 44Y Felipe era de Betsaida, la ciudad de Andrés y Pedro. 45Felipe halló a Natanael, y le dijo: Hemos hallado a aquél de quien escribió Moisés en la ley, así como los profetas: a Jesús, el hijo de José, de Nazaret. 46Natanael le dijo: ¿De Nazaret puede salir algo de bueno? Le dijo Felipe: Ven y ve. 47Cuando Jesús vio a Natanael que se le acercaba, dijo de él: He aquí un verdadero israelita, en quien no hay engaño. 48Le dijo Natanael: ¿De dónde me conoces? Respondió Jesús y le dijo: Antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi. 49Respondió Natanael y le dijo: Rabí, tú eres el Hijo de Dios; tú eres el Rey de Israel. 50Respondió Jesús y le dijo: ¿Porque te dije: Te vi debajo de la higuera, crees? Cosas mayores que estas verás. 51Y le dijo: De cierto, de cierto os digo: De aquí adelante veréis el cielo abierto, y a los ángeles de Dios que suben y descienden sobre el Hijo del Hombre”.
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COMENTARIO DEL EVANGELIO DE SAN JUAN 1:29-51
EL CORDERO DE DIOS
Juan, viendo al Señor Jesucristo, dijo de Él: “He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo” (v. 29) y también el (v. 36). Este título y esta frase tienen mucho significado.
Dios, en el Antiguo Testamento, cuando dio la ley al pueblo de Israel, por medio de Moisés, les ordenó también una serie de sacrificios de animales, todos ellos eran tipos del Señor Jesucristo.
Explicándonos un poco más: Cuando un israelita pecaba, una vez consciente de su pecado, iba al Tabernáculo, o, más tarde, al Templo, y el animal era degollado, y moría en lugar del israelita pecador. Simbólicamente el pecado pasaba al animal, quién era la víctima sustitutoria del israelita, y su pecado le era perdonado.
Cristo es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Es la Víctima inocente. Él, que nunca pecó, cargó con nuestros pecados, y murió en nuestro lugar, a fin de que nuestro pecado pudiera ser perdonado. Ya que la paga del pecado es muerte. .
“Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos 6:23).
Cristo gustó la muerte por todos.
“Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos” (Hebreos 2:9).
Así llegó a ser nuestro Sustituto, pero, para poder beneficiarnos de esta salvación, debemos apropiarnos de Jesús por la fe.
Para comprender un poco más la Obra del Señor Jesucristo en la cruz, le aconsejamos que lea con detenimiento el capítulo 53 del libro de Isaías.
LOS PRIMEROS DISCÍPULOS
Encontramos que después de la declaración de Juan el Bautista, dos de sus discípulos quieren seguir a Jesús. Uno de ellos es Andrés, y del otro no se nos dice el nombre, pero sin lugar a dudas se trata de Juan, el autor del Evangelio que estamos estudiando, ya que esta es su costumbre, que la vemos reflejada a lo largo de todo el Evangelio, omitir su nombre y poner en su lugar, por ejemplo: “El discípulo a quién amaba Jesús”, etc.
Andrés le hablaba a su hermano Simón Pedro, y le dice: “Hemos hallado al Mesías...”
Aparece también Felipe, y éste le dice a Natanael: “Hemos hallado a aquel de quién escribió Moisés en la Ley, así como los profetas: a Jesús...”
Natanael se extrañó... “Felipe le dijo: “Ven y ve".
Natanael, admirado, dice a Jesús: “Tú eres el Hijo de Dios; Tú eres el Rey de Israel”.
Ante esta hermosa declaración de Natanael, Jesús se presenta como la escalera que une el Cielo con la tierra, la cual hace posible la comunión del hombre con Dios (v. 51).
Pablo diría escribiendo a Timoteo:
“Porque hay un solo Dios, y un solo Mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre” (1ª Timoteo 2:5).
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