CONOCIENDO LA DOCTRINA BÍBLICA
a) 1. En torno a la Biblia
Vamos a tratar ahora varias doctrinas básicas que el cristiano debe de saber. Es importante que sepamos que es el libro que tenemos en nuestras manos, y que denominamos “la Biblia”. Creo que todos nosotros damos por sentado de que Dios existe, pero estamos en un mundo donde domina el materialismo y el ateísmo, y el hecho de negar la existencia de Dios se ha puesto de moda. ¿Puede entonces el hombre conocer a Dios? Desde luego que si Dios no se hubiera revelado, nunca el hombre habría llegado a conocerle. Es preciso que Dios dé a conocer al hombre verdades tocantes a sí mismo y a sus propósitos. Empezaremos por considerar qué entendemos por “revelación”.
REVELACIÓN
La palabra “revelación” viene de la palabra griega Apocalipsis, y que significa: descorrer el velo para manifestar algo que antes estaba oculto o escondido. Por ejemplo: La inauguración de una calle, al descubrirse la placa que lleva su nombre. Cuando se levanta el telón en un teatro. El revelado de un clisé de fotografía, etc. Dios se ha ido revelando a través de los tiempos. (Hechos 14:17) “… no se dejó a sí mismo sin testimonio...”. (Hebreos 1:1-2) “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras...”.
Distintos métodos de revelación:
Sin duda hay varios métodos que Dios ha usado para revelarse al hombre. A continuación vamos a fijarnos en los más importantes: 1) Revelación por la creación o naturaleza. 2) Revelación por la historia (de Israel o de la Iglesia) 3) Revelación por los mensajeros inspirados (profetas, etc.) 4) Revelación por su Hijo. 5) Revelación por las Escrituras (la Biblia) Además está también una revelación interna o subjetiva.
1) Revelación por la creación o naturaleza.
A través de ella se puede conocer la existencia de un Dios creador, quién es: Un Dios de Poder. Un Dios de sabiduría. Un Dios de orden.
Solo con esta revelación parcial, el hombre queda sin excusa frente al juicio divino. “Lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa” (Romanos 1:19-20).
Los salmistas y otros en las Escrituras, a través de las cosas creadas pueden ver, detrás de ellas, al Creador (Salmo 8:3) (Salmo 19:1-6) (Salmo 29:3-10).
Las aguas, las tormentas, el fuego, el viento, terremotos, etc., son voz de Dios. Puede verse su grandeza y su gloria a través del cuidado que Dios tiene de la creación, en (Salmo 104:1-26). ¿Qué es lo que nos sucede cuando contemplamos las montañas con su estupendo verdor? ¿Las rocas con sus complicadas formas y alturas impresionantes? ¿La vegetación y el mundo animal? ¿Los cielos con sus innumerables estrellas? ... Desde el mínimo detalles de una hija, o una flor, o un insecto, hasta las grandes profundidades de los océanos, y el espacio sideral del universo, con todo su enigmas. Todo ello nos habla del Creador.
ANÉCDOTA: Imaginaos lo absurdo que sería si alguien os dijera que para hacer el edificio de la Sagrada Familia de Barcelona, solo se echaron las piedras y el cemento por un tobogán, y que al caer en un montón se convirtió de repente en esta grandiosa obra de arte que se puede contemplar y admirar. O que echando unos cuantos tornillos en un vaso, y dándole vueltas con una cuchara, surge de ello un reloj perfecto. ¡Verdad que sería absurdo! Pues, no tiene ni punto de comparación con lo absurdo que es pensar que todo cuanto vemos surgió de la casualidad. No hay edificio sin arquitecto y constructor. No hay reloj sin relojero. No hay universo sin Dios.
Es interesante a este respecto lo que dice un libro apócrifo del Antiguo Testamento. Nos referimos al libro de Sabiduría (13:1-9). Dice así: “Vanos son por naturaleza todos los hombres que carecen de conocimiento de Dios, y por los bienes que disfrutan no alcanzan a conocer al que es la fuente de ellos, y por la consideración de las obras no conocen al artífice. Sino que al fuego y al aire ligero, o al círculo de los astros, o al agua impetuosa, o a a las lumbreras del cielo tomaron por dioses rectores del universo. Pues si seducidos por su hermosura los tuvieron por dioses, debieron conocer cuanto mejor es el Señor de ellos, pues es el autor de la belleza quien hizo todas estas cosas. Y se admiraron del poder y la fuerza, debieron deducir de aquí cuanto más poderoso es su creador; pues de la grandeza y hermosura de las criaturas, por razonamientos, se llega a conocer al Hacedor de estas. Pero sobre éstos no cae tan gran reproche, pues por ventura yerran, buscando realmente a Dios y queriendo hallarle; y ocupados en la investigación de sus obras, a la vista de ellas se persuaden de la hermosura de lo que ven, aunque no son excusables. Porque si pueden alcanzar tanta ciencia y son capaces de investigar el universo, ¿cómo no conocen fácilmente al Señor de él?”
Este relato ilustra bastante lo que venimos diciendo: Dios se ha revelado por medio de la creación. Esta revelación es muy importante, pero sola es incompleta.
2) Revelación por la historia (Especialmente de Israel o de la Iglesia)
Obras de Dios no solo son las de la creación, sino también las que ha hecho con su pueblo (Deuteronomio 3:24) (Deuteronomio 11:2-7). Podemos destacar: el diluvio, la liberación de la esclavitud en Egipto, la entrada en Canaán, etc. Véase: (Salmo 105 y 106).
No solo el pueblo de Israel se enteraba, sino también los de su alrededor. Por ejemplo: Jericó (Josué 2:9-11). Dios va transformando vidas, obrando verdaderos milagros. Las vidas de los creyentes son cartas abiertas que los hombres pueden leer. Esta es otra revelación de Dios, pero tampoco es suficiente.
3) Revelación por los mensajeros inspirados (profetas):
Dios se revela por ellos a su pueblo, y a otros pueblos también. No olvidemos el caso de Nínive (principal tema del libro de Jonás). Con esta revelación podemos ver la grandeza de Dios, y aprender a temerle: sabiendo que consuela, libera y sana. No obstante quedan todavía otros medios de revelación.
4) Revelación máxima y completa en el Hijo:
Veamos que dicen las Escrituras: (Hebreos 1:1-2) “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo... en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo…”.
(Mateo 21:33-39) “… Oíd envió sus siervos… Finalmente les envió su hijo...”.
(Juan 1:1-4, 9, 14, 18) “... el Verbo (la Palabra) fue hecho carne y habitó entre nosotros... el Unigénito Hijo... le ha dado a conocer (al Padre)”.
(Juan 14:8-10) “... el que me ha visto a mí, ha visto al Padre...”.
La revelación en el Hijo tiene dos vertientes: El Señor Jesús vino, entre otras cosas, para darnos a conocer al Padre, y esto lo llevó a cabo especialmente de dos maneras: En su ministerio: por la Palabra, por las señales que Él hacía, y por sus obras. En la cruz: (Juan 12:32-33) (2ª Corintios 5:14).
El lenguaje de la cruz es el lenguaje de amor más fuerte que existe. Llega a cautivar. Llega a ser como un imán que atrae. Resumiendo: Podemos ver a Dios en la faz de Jesucristo (Juan 1:14-18) (2ª Corintios 4:6).
5) Revelación por las Escrituras (la Biblia).
En ella se encuentra agrupado todo lo anterior, y es a través de ella, la manera más normal de revelarse Dios al hombre. En ella se encuentra toda revelación que Dios ha querido darnos, para que llegáramos a conocerle, a conocer sus propósitos, y al mismo tiempo nuestra situación de pecadores perdidos, pero también la solución a este problema. Hemos estado hablando hasta aquí de la revelación externa u objetiva, o sea la que nos viene de fuera, pero nos queda otra, la interna o subjetiva. Antes de hablar de ella damos un resumen a modo de bosquejo, de los diferentes métodos y el conjunto de ellos recogidos en la revelación escrita.
Revelación: _ Por la creación = Su poder, sabiduría, gloria, orden. I Por la historia = Su grandeza, consolación, liberación, salvación. I Revelación escrita Por mensajeros = Su justicia, Su santidad. I (La Biblia) Por el Hijo = Su amor, bondad, gracia, misericordia, perdón. I _I
Dios se ha dado a conocer al hombre.
Revelación interna o subjetiva:
Debemos decir en primer lugar que no puede surgir del hombre, ni ordenarse por la razón. El hombre sin Cristo tiene el entendimiento entenebrecido (Efesios 4:17-19). Tiene que ser impartida por el Espíritu Santo, puesto que solo él conoce lo profundo de Dios (1ª Corintios 2:11-16). Nunca habrá una revelación interna divorciada de la Palabra de Dios. “… el Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu…” (Romanos 8:16). Las palabras que Jesús dijo en (Mateo 11:25-26) “… las revelaste a los niños...” (aquí “niños” son almas sencillas que se someten a Dios). A éstos Dios les ha revelado por su Santo Espíritu, de su Persona y de su voluntad, etc. Podemos decir como Pablo en (Gálatas 1:15-16): “… agradó a Dios… revelar a su Hijo en mí…”. Nunca puede haber una revelación interna distanciada de la Biblia, o en contraposición a ella, de lo contrario tendríamos una clara indicación de que no viene de Dios.
INSPIRACIÓN
Al estudiar este tema es muy importante no confundir tres palabras que son parecidas, pero con distinto significado. Estas tres palabras son: Revelación. Inspiración. Iluminación.
Revelación: Tiene que ver con descorrer el velo, o darse a conocer al hombre (Hebreos 1:1-2). Inspiración: Medio de revelarse. El Espíritu Santo guiando a los autores humanos (2ª Timoteo 3:16). Iluminación: El Espíritu Santo esclareciendo el entendimiento para que comprendamos lo revelado e inspirado a los autores humanos (1ª Corintios 2:9-13).
La doctrina de la inspiración se encuentra en la Biblia en tres importantes pasajes:
(2ª Timoteo 3:16-17) “Inspirada por Dios” (tiene el soplo de Dios).
(1ª Pedro 1:10-12) El Espíritu actuaba en ellos. No eran ellos solos por su cuenta, sino Dios en ellos.
(2ª Pedro 1:19-21) Impulsados, llevados por delante, movidos.
Entendemos, pues, por inspiración, que Dios ha guiado a los hombres que la escribieron, para que transmitieran la Palabra de Dios sin error. Hay diferentes teorías en torno a la forma de entender la inspiración, y es de vital importancia el concepto que tengamos de ella, para la correcta comprensión e interpretación de la Biblia. Existen teorías sutiles que son muy dañinas, y debemos estar prevenidos para poder curarnos en salud.
Inspiración verbal, vital y plenaria.
Se quiere decir con ello que en la Biblia, los autores humanos, sin serles anulado, ni su carácter, ni su personalidad, ni sus conocimientos, fueron guiados por Dios, de modo que todas las palabras usadas fueron inspiradas por Él, desde Génesis 1:1 hasta Apocalipsis 22:21, y por tanto, exento de cualquier tipo de error. Por supuesto que al decir esto nos referimos al texto original, que surgió de los profetas y los apóstoles. (Aunque no tengamos los textos originales, las traducciones que tenemos son muy fiables y no ofrecen grandes problemas en lo que difieren las distintas copias antiguas hebreas y griegas, conservadas en los distintos museos del mundo). Esta forma de entender la inspiración es la que nos parece más correcta.
Veamos a continuación otras teorías.
Teoría mecánica o de dictado.
En contraste con la verdadera inspiración que permitió a los autores humanos, con su personalidad, redactar los escritos bajo la dirección de Dios, está la teoría de dictado: Esta teoría, ha sostenido que Dios ha dictado la Escritura, y que sus siervos solo han ido copiando palabra a palabra, como una mecanógrafa o un taquígrafo. Si esto fuera así, el estilo y el vocabulario sería el mismo en toda la Biblia, sin embargo al leerla, uno se da cuenta que no es así. La inspiración no anula la personalidad, ni el estilo literario, etc. Aunque es verdad que hay algunas porciones que sí fueron dictadas por Dios, y así lo expresa la Biblia. Por ejemplo: La Ley (Éxodo 20:1-17), la práctica totalidad fue escrita sin evidencia de un dictado directo.
Teoría del concepto.
Esta teoría dice que Dios inspiró el concepto, pero no las palabras. Si se piensa que solo entendieron parcialmente lo que Dios había revelado, y además al escribirlo, lo hicieron con sus propias palabras (esto es, sin ser inspiradas), esto induciría a graves errores. Además, la misma Biblia contradice esta idea: (Éxodo 20:1) “Habló Jehová estas palabras”. (Juan 17:8) “Las palabras que me diste les he dado”. (1ª Corintios 2:13) “Lo cual hablamos no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu”. Lo que acabamos de decir demuestra que las palabras, en sí mismas están inspiradas por Dios. Y por si fuera poco, la Escritura se presenta como Palabra de Dios. (Efesios 6:17) “La espada del Espíritu que es la Palabra de Dios”. (Santiago 1:22-23) “... sed hacedores de la Palabra...”. (1ª Pedro 1:23-2: 3) “... la Palabra del Señor permanece para siempre...”. Además de esto, no se puede añadir ni quitar de ella. (Deuteronomio 4:2; 12:32) “No añadiréis a la palabra que yo os mando, ni quitaréis de ella...” (Apocalipsis 22:18-19) “... Si alguno añadiere... y si alguno quitare de las palabras de este libro...”.
Inspiración parcial.
Esta postura mantiene que solo parte de la Biblia es inspirada. Solo lo que se refiere a la verdad divina es cierto, pero cuando se trata de declaraciones: Históricas, geográficas, científicas... entonces: No lo es. ¡Tengamos cuidado a no caer en ello! Con esta regla, la verdad y el error están mezclados. Dejan la inspiración a juicio del lector. Si admitimos esto, quitamos la autoridad a la Escritura, y se la damos a la persona que la lee, y lo difícil sería encontrar dos lectores que estuvieren de acuerdo al definir lo que hay de verdad y lo que hay de error.
Opinión neo-ortodoxa de la inspiración.
Surge en el siglo XX. Comienza con Karl Barth. Esta teoría reconoce que hay errores, aunque sin negar que existen elementos sobrenaturales. Sostiene que Dios habla mediante las Escrituras, pero que hay errores, y por lo tanto no puede ser tomada literalmente como verdadera. Deja también como autoridad final al individuo.
Inspiración naturista.
Sostiene que la Biblia es igual que otro libro, aunque Dios haya podido otorgar a sus autores, una capacidad fuera de lo común al expresar conceptos. En resumen: Es una producción humana sin ninguna guía divina.
Conclusión: Habiendo considerado los distintos puntos de vista, llegamos a esta conclusión: La Biblia es inspirada verbal, vital y plenaria. Tiene el soplo de Dios y la guía del Espíritu Santo, quién utilizaba a los autores humanos como canales para revelarse al hombre, llevándoles a toda verdad, pero sin anularles, ni su personalidad, ni su carácter, ni sus conocimientos.
EVIDENCIAS DE LA INSPIRACIÓN
En cuanto al Antiguo Testamento:
El convencimiento de los autores.
Los mismos autores humanos que escribieron las Escrituras, afirman una y otra vez que es Palabra de Dios, y que Dios les ha hablado, con frases como las siguientes: “Dijo Dios...” (Génesis 1:3). “Vino palabra de Jehová...” (Jeremías 1:2), (Oseas 1:1), (Miqueas 1:1), (Sofonías 1:1), (Hageo 1:1), (Zacarías 1:1). O lo que viene a ser lo mismo: “Así dice Jehová”.
La autoridad dada por Cristo.
Siempre que el Señor Jesucristo citó un texto durante su ministerio (y citó muchos) le dio toda autoridad: (Mateo 5:18) “... Ni una jota ni una tilde pasará hasta que todo se haya cumplido”. (Juan 10:35) “... la Escritura no puede ser quebrantada” (No puede fallar). Aún los libros más discutidos por los críticos liberales, tales como: Deuteronomio, Jonás, Daniel, el Señor los citó y les dio toda autoridad: (Deuteronomio 6:16) con (Mateo 4:7) “No tentaréis a Jehová vuestro Dios...”. Jonás con (Mateo 12: 40) Aceptando su realidad. (Daniel 9:27) con (Mateo 24:15)
El cumplimiento exacto de las profecías .- Otra demostración palpable de que la Biblia es la Palabra de Dios lo es el cumplimiento de las profecías. Solo mencionamos a continuación algunas de ellas:
En (Mateo 1:22-23) Nacido de una virgen y llamado Emmanuel. En (Mateo 4:14) Su ministerio en Galilea. En (Mateo 8:17) Llevando las enfermedades. En (Mateo 12:17) Su amplio ministerio. En (Mateo 15:7-8) Aplicando la profecía a los escribas y fariseos. En (Mateo 21:4-5) La entrada en Jerusalén, y una aplicación al pueblo de Israel rebelde. Mateo 21:42). En (Mateo 22:29) Ignorar las Escrituras conduce al error. En (Mateo 26:31, 56) Abandonado por los discípulos. En (Mateo 27:9-10, 35) Vendido por precio, y sus vestidos echados a suerte. En Génesis 15:13-16). El pueblo de Israel estaría en Egipto. Serían oprimidos. Dios juzgaría a los egipcios. Saldrían de allí con gran riqueza, y volverían a Canaán. En (Deuteronomio 17:14 y ss.) con (1º Samuel 8:5). El pueblo pediría un rey. En (Jeremías 25:11) y (29:10). Los setenta años de la deportación, o la cautividad. (Mateo 23: 37 - 24: 2) La destrucción de Jerusalén por los romanos ocurrida en el año 70. Se pueden considerar también las que a continuación mencionamos, y muchas más que encontraríamos sin ningún esfuerzo: (Isaías 7:14) (Isaías 9:6) (Miqueas 5:2) (Isaías 42) (Salmo 22) Salmo 69) (Isaías 50:6) (Isaías 53) Etc.
En cuanto al Nuevo Testamento.
Autores fiables
Los Apóstoles fueron escogidos por el Señor para que estuvieran con Él, para enviarles a predicar (Marcos 3:14). Fueron depositarios de la verdad total, en cuanto a la Persona, ministerio y obra de Cristo, con la promesa del auxilio del Espíritu Santo para ser guiados a toda verdad (Juan 14:26; 15:26-27, 16:7-15) (Hechos 1:21-22):
Cristo predijo su inspiración: (Mateo 28:19) (Lucas 10:22-23) (Juan 15:27) (Hechos 1:8) (Lucas 10:16) (Juan 17:14, 18) (Hebreos 2:3-4). Todo lo que hemos mencionados es en cuanto a los Doce. En cuanto a Pablo, fue llamado expresamente por el Señor resucitado para testificar de su Persona gloriosa, y con toda autoridad para declarar verdades en cuanto a la Iglesia (Hechos 9) y (Hechos 26:12-18).
Conscientes de su labor
Eran conscientes de ser guiados por el Espíritu. Sabían que Dios hablaba por ellos, y esperaban que los creyentes obedecieran sus mandatos (1ª Corintios 2:13) (1ª Pedro 1:12) (2ª Tesalonicenses 3:14) (Juan 14:26) (Juan 16:12-13). Pedro reconoce las epístolas de Pablo como las demás Escrituras (2ª Pedro 3:15-16). Son interesantes los siguientes versículos: (Mateo 22:43) “David en el Espíritu le llama Señor”. (Hebreos 3:7-11) cita el (Salmo 95:7-11) y se expresa de la siguiente forma: “... dice el Espíritu Santo...”.
Detalles que hacen pensar:
En la Biblia intervienen unos 40 autores, en un periodo de 1.600 años. De diferentes clases sociales: Reyes, campesinos, filósofos, pescadores, poetas, estadistas, eruditos, etc. Moisés, líder político adiestrado en Egipto. Pedro, un pescador. Josué, un caudillo. Nehemías, un copero. Daniel, un primer ministro. Lucas, un médico. Salomón, un rey. Mateo, un cobrador de impuestos. Pablo, un rabino, etc. Todo esto en plena armonía, logrando un todo perfecto, sin la inspiración divina sería imposible. Además de esto, la veracidad de su contenido demostrada por descubrimientos arqueológicos, y siendo un libro (La Biblia) que ha soportado un sinnúmero de ataques a través de los siglos.
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"Mirad cuál amor nos ha dado el Padre,
Para que seamos llamados hijos de Dios"
1a Juan 3:1.
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