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CONOCIENDO LA DOCTRINA BÍBLICA

 

c) En torno a la salvación

 

SANTIFICACIÓN

 

La Biblia enseña una y otra vez que Dios es santo.

Antes de seguir adelante tendríamos que considerar el significado de la palabra “santo” en las Escrituras, ya que se ha desfigurado tanto esta palabra por los hombres, que hace que se tenga una idea distorsionada.

Santo, significa apartado, separado del pecado y del mundo para Dios. Es por esto que vemos que se llaman santos los utensilios del Tabernáculo, porque eran apartados para el servicio de Dios. Así también las personas.

“Habla a los hijos de Israel y diles: El hombre o la mujer que se apartare haciendo voto de nazareo, (Esto es, separado, o consagrado) para dedicarse a Jehová.

Todo el tiempo del voto de su nazareato no pasará navaja sobre su cabeza; hasta que sean cumplidos los días de su apartamiento a Jehová, será santo; dejará crecer su cabello.

Todo el tiempo de su nazareato, será santo para Jehová” (Números 6:2, 5, 8).

 

Fijaos como va unida la idea de apartarse para Jehová con ser santo.

Ahora bien, Dios es Santo y Él mismo santifica:

 

El Padre santifica (1ª  Tesalonicenses 5:23).

El Hijo santifica (Hebreos 13:12).

El Espíritu Santo santifica (Romanos 15:16) (1ª Pedro 1:2).

 

La santificación se hace efectiva:

Por medio de la unión con Cristo (1ª  Corintios 1:2).

Por la Palabra de Dios (Juan 17:17).

Por el cuerpo de Cristo (Hebreos 10:10).

Por la sangre de Cristo (Hebreos 13:12).

 

Veamos a continuación tres aspectos de la santificación:

1) Santificación posicional. 2) Santificación experimental o práctica. 3) Santificación total o definitiva.

 

Santificación posicional:

 

Todo creyente, por el hecho de hallarse en Cristo, ha sido santificado (hemos sido separados del mundo y del pecado para los usos o el servicio de Dios). De ahí que a todos los creyentes, en el Nuevo Testamento, se les llame santos (Efesios 1:1) (Filipenses 1:1) (Colosenses 1:1), yo no depende de nosotros, sino de Dios que nos ha santificado en Cristo.

 

Santificación experimental o práctica:

 

Puesto que somos santos en Cristo, debemos vivir como tales. Esta faceta de la santificación dependerá de:

Nuestra rendición o consagración al Señor.

Nuestra separación del pecado.

Nuestro crecimiento espiritual.

 

No olvidemos que para ello contamos con el poder de Dios a nuestra disposición (Efesios 1:19-20), y si realmente lo anhelamos, Dios obrará en nosotros, y se hará realidad.

Dios quiere nuestra santificación (1ª Tesalonicenses 4:3).

Dios nos lo manda (1ª Pedro 1:16).

Sin la santidad no veremos al Señor en nuestra vida (Hebreos 12:14).

Debemos presentar nuestros miembros a Dios para su servicio (una vida de consagración) (Romanos 12:1), de santidad.

Hemos de considerarnos muertos al pecado (Romanos 6:1-14) y limpiarnos para perfeccionar la santidad (2ª Corintios 6:17-7:11).

La Palabra del Señor nos santificará (1ª Pedro 2:1-2).

El crecimiento en el conocimiento del Señor, también (2ª Pedro 3:18).

Andando en el Espíritu, igualmente (Gálatas 5:16) (1ª Corintios 6:11).

 

Santificación total o definitiva:

 

Por su gracia y por su poder seremos transformados totalmente, sin manchas ni arruga (Efesios 5:26). Cuando Cristo venga en su Segunda Venida, va a ser una realidad (1ª Tesalonicenses 5:22-23).

En el estado eterno todo será limpieza (Apocalipsis 21:27).

Y le serviremos siempre (Apocalipsis 22:3).

 

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"Mirad cuál amor nos ha dado el Padre,

Para que seamos llamados hijos de Dios"

1a Juan 3:1.

 

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