CONOCIENDO LA DOCTRINA BÍBLICA
b) Satanás y su obra
¿Quién era? Para conocer un poco a este personaje real, recurriremos a dos grandes pasajes de la Biblia que, si queréis, de forma velada, nos habla de él, nos informa, nos dan detalles muy interesantes. Los pasajes en cuestión son los siguientes: Ezequiel 28:11-19. Va dirigido al rey de Tiro. Isaías 14:12-17. Va dirigido al rey de Babilonia. Al examinarlos veremos que tanto un pasaje como el otro escapan a estos personajes (son símbolos), para tener cumplimiento en Satanás.
Ezequiel 28:11-19 “Vino a mí palabra de Dios, diciendo: Hijo de hombre, levanta endechas sobre el rey de Tiro, y dile: Así ha dicho Dios: Tú eras el sello de la perfección, lleno de sabiduría, y acabado de hermosura. En Edén, en el huerto de Dios estuviste; de toda piedra preciosa era tu vestidura; de cornerina, topacio, jaspe, crisólito, berilo y ónice; de zafiro, carbunclo, esmeralda y oro; los primores de tus tamboriles y flautas estuvieron preparados para ti en el día de tu creación. Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas. Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad. A causa de la multitud de tus contrataciones fuiste lleno de iniquidad, y pecaste; por lo que yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de entre las piedras del fuego, oh querubín protector. Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra; delante de los reyes te pondré para que miren en ti. Con la multitud de tus maldades y con la iniquidad de tus contrataciones profanaste tu santuario; yo, pues, saqué fuego de en medio de ti, el cual te consumió, y te puse en ceniza sobre la tierra a los ojos de todos los que te miran. Todos los que te conocieron de entre los pueblos se maravillarán sobre ti; espanto serás, y para siempre dejarás de ser”.
Isaías 14:12-17 “¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones. Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo. Mas tú derribado eres hasta el Seol, a los lados del abismo. Se inclinarán hacia ti los que te vean, te contemplarán, diciendo: ¿Es éste aquel varón que hacía temblar la tierra, que trastornaba los reinos; que puso el mundo como un desierto, que asoló sus ciudades, que a sus presos nunca abrió la cárcel?”
Se habla de Satanás como el sello de la perfección, lleno de sabiduría y acabado de hermosura (Ezequiel 28:11-12). Era lo más perfecto, lo más grande, lo más sublime salido de las manos de Dios. Estuvo en Edén (Ezequiel 28:13) y era lo más destacado de la creación; sin embargo era un ser creado (v. 13) y (v. 15) siendo criatura tiene que estar sujeto a su Creador y rendirle cuentas a Él. Era querubín grande, protector... (Ezequiel 28:14) Los querubines, en la Biblia, están relacionados al trono de Dios, como protectores y defensores de su santidad. Era perfecto en todos sus caminos (Ezequiel 28:15) y además es mencionado como: Lucero, hijo de la mañana.
¿Qué hizo? Hubo un momento cuando pecó “...hasta que se halló en ti maldad” (Ezequiel 28:15). Automáticamente surge la pregunta: ¿En qué consistía el pecado? Bueno, su pecado consistía en: orgullo, egoísmo y mentira. Se envaneció, y como no podía aspirar a ser más grande de lo que era, a no ser que fuera Dios, quiso ser igual a Dios; y es a partir de entonces que siempre ha querido imitar a Dios, pero invirtiendo las cosas: Dios es Verdad, él es padre de mentira.
“Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira” (Juan 8:44).
Dios es manantial de vida, él tiene el imperio de la muerte.
“Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo” (Hebreos 2:14).
El orgullo le llevó al egoísmo y a la mentira. Así lo expresa Isaías 14:13-14: “… Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subiré y seré semejante al Altísimo”.
Subiré al cielo. Junto a las estrellas de Dios levantaré mi trono.– Da la idea de reinar sobre los seres angélicos. En el monte del testimonio me sentaré.– El asiento del gobierno en la tierra, como si fuera el Mesías. Véase: (Isaías 2:1-4) (Salmo 48:2). Sin embargo Cristo en la cruz juzgó a los principados y potestades.
“y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz” (Colosenses 2:15).
Sobre las alturas de las nubes subiré.– Es interesante notar la relación existente entre Dios y las nubes. Veamos algunos ejemplos: La nube de Dios en el Tabernáculo (Éxodo 40:38) Cuando Dios estuvo presente, la nube llenó la casa (el Templo) (1º de Reyes 8:10) Dios pone nube por carroza (Salmo 104:3) Cristo ascendió al Cielo con una nube, y vendrá con las nubes. (Hechos 1:9-11) (Mateo 24:30) De lo que hemos considerado, se puede deducir que está buscando para sí la gloria que solo a Dios corresponde. Seré semejante al Altísimo. Quiere llegar a poseer la autoridad de Dios en el Cielo y en la tierra. Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor (Ezequiel 28:17a). Resumiendo: Buscar la más alta posición en el Cielo. Conseguir derecho de reinar en el Cielo y la tierra. Ser reconocido como el Mesías. Recibir la gloria que solo a Dios se le debe. Ser semejante al Altísimo y poseerlo todo. ¿Os parece poco? Se rebeló contra Dios, consiguiendo así una gran cantidad de ángeles caídos, o demonios, o espíritus malignos, que es lo mismo (Judas 6) (2ª Pedro 2:4). No contento con esto, en su rebeldía, quiso implicar al hombre, quién vivía todavía obediente y sumiso a Dios. Valiéndose de astucia y mentira tentó a nuestros primeros padres; (Génesis 3:1-5) o, para ser más exactos, a Eva.
¿Qué hace? Está pecando constantemente:
“El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo” (1ª de Juan 3:8).
En cuanto a los inconversos (no creyentes): Les ciega el entendimiento:
“Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto; en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios” (2ª Corintios 4:3-4).
Quita la Palabra de Dios del corazón de los perdidos, a fin de que no crean para ser salvos:
“Y los de junto al camino son los que oyen, y luego viene el diablo y quita de su corazón la palabra, para que no crean y se salven” (Lucas 8:12).
En cuanto a los creyentes: Les puede zarandear:
“Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo” (Lucas 22:31).
Está como león esperando a quien devorar:
“Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar” (1ª Pedro 5:8).
Tiene mucho poder, pero eso sí, limitado, y solo puede ejercer su poder y autoridad dentro de la llamada voluntad permisiva de Dios. Tanto Satanás como sus ángeles (los demonios) poseen grandes conocimientos, pero no son omniscientes. Tienen mucho poder, pero no son omnipotentes. Van por todo el mundo para cumplir con sus responsabilidades delegadas, pero no son omnipresentes. Pueden sugerir lo malo, pero no pueden obligar la voluntad de otra criatura. Pueden usar astucia y engaños para arruinar a los hijos de Dios, pero no pueden forzar a nadie a cumplir sus designios. Nunca pueden, ni podrán derrotar a Dios. Solo pueden actuar dentro del marco que Dios les permite. Tenemos un ejemplo muy claro de ello en el libro de Job:
“Dijo Dios a Satanás: He aquí, todo lo que tiene está en tu mano; solamente no pongas tu mano sobre él. Y salió Satanás de delante de Dios” (Job 1:12).
“Respondiendo Satanás, dijo a Dios: Piel por piel, todo lo que el hombre tiene dará por su vida. Pero extiende ahora tu mano, y toca su hueso y su carne, y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia. Y Dios dijo a Satanás: He aquí, él está en tu mano; mas guarda su vida. Entonces salió Satanás de la presencia de Dios, e hirió a Job con una sarna maligna desde la planta del pie hasta la coronilla de la cabeza” (Job 2:4-7).
Hay que resistirle y huirá de nosotros:
“Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros” (Santiago 4:7)
“Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo” (1ª Pedro 5:8-9).
No tenemos lucha contra sangre ni carne, sino contra principados y potestades:
“Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes” (Efesios 6:11-12).
¿Qué le sucedió? No pudo acabar con Cristo (La simiente de la mujer). Sin embargo Cristo le venció en la cruz:
“Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar” (Génesis 3:15).
Propuso a Cristo a que desconfiara del Padre, a que abandonara su misión, y a que le adorara, pero no lo consiguió:
“Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto por cuarenta días, y era tentado por el diablo. Y no comió nada en aquellos días, pasados los cuales, tuvo hambre. Entonces el diablo le dijo: Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan. Jesús, respondiéndole, dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el sino de toda palabra de Dios. Y le llevó el diablo a un alto monte, y le mostró en un momento todos los reinos de la tierra. Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy. Si tú postrado me adorares, todos serán tuyos. Respondiendo Jesús, le dijo: Vete de mí, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás. Y le llevó a Jerusalén, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate de aquí abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden; y, En las manos te sostendrán, Para que no tropieces con tu pie en piedra. Respondiendo Jesús, le dijo: Dicho está: No tentarás al Señor tu Dios. Y cuando el diablo hubo acabado toda tentación, se apartó de él por un tiempo” (Lucas 4:1-13).
A través del inocente Pedro:
“Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca. Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres” (Mateo 16:22-23).
En la cruz, Satanás fue juzgado, y está esperando el cumplimiento de su sentencia en la Segunda Venida de Cristo.
¿Qué le espera? Será arrojado del Cielo: Limitándose sus actividades solo aquí en la tierra, durante la Gran Tribulación.
“Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles; pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él. Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche. Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte. Por lo cual alegraos, cielos, y los que moráis en ellos. ¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo” (Apocalipsis 12:7-12).
“¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones” (Isaías 14:12).
“Y les dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo” (Lucas 10:18).
Será apresado en el abismo: Durante el Milenio, para que no tenga acceso a los hombres para tentarles (engañarles).
“Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano. Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años; y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo. Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión” (Apocalipsis 20:1-3, 7).
Será lanzado al lago de fuego: Donde será atormentado para siempre.
“Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos” (Apocalipsis 20:10).
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"Mirad cuál amor nos ha dado el Padre,
Para que seamos llamados hijos de Dios"
1a Juan 3:1.
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